Quiero ser intérprete - ¿Qué hay que tener en cuenta para tomar esta decisión?

Hay pocas profesiones que se basen puramente en el lenguaje. Trabajar como intérprete simultáneo en el Parlamento Europeo suena interesante. Pero ¿qué hay que considerar antes de tomar esta decisión? Os lo cuento en esta entrada del blog.

¿Tengo la motivación que hace falta para ser mi propio jefe?

La grandísima mayoría de intérpretes y traductores trabajamos como autónomos. Si bien es cierto que esto signifique tener una relativa libertad de horarios, también hay que ocuparse de la contabilidad, el seguro, la publicidad y la organización. Además, tampoco tenemos un salario fijo. Los honorarios dependen de lo que se trabaje – y cuando no llegan los pagos, tenemos que enfrentarnos nosotros mismos al cliente y, en el peor de los casos, enviar recordatorios de pago o requerimientos.

La carrera de interpretación es mucho más que una carrera de idiomas

Está claro que hay paralelismos con las carreras de filología inglesa, lenguas románicas o las orientadas a la docencia. Sin embargo, lo que a estas les falta son las técnicas de interpretación. Estas técnicas se van aprendiendo con los años, igual que pasa con los trabajos artesanales. Yo diría que la base para la práctica de este trabajo son los idiomas junto con las técnicas de interpretación.

No tengo que haber crecido en un entorno bilingüe o trilingüe para trabajar como intérprete

La mayoría de los intérpretes trabajamos con dos o tres idiomas de trabajo. Estos son los idiomas que mantenemos a un alto nivel para poder interpretar con seguridad. Este nivel se puede adquirir viviendo en el país durante suficiente tiempo y, por supuesto, trabajándoselo. No podemos olvidar que esto lleva tiempo. Ello implica seguir las noticias del país en cuestión, estudiar la terminología de nuevas áreas que vayan surgiendo, etc. Ser bilingüe de nacimiento puede ser útil, pero si no es así, no pasa nada. Es mucho más importante tener esa sensibilidad para los idiomas en general, la capacidad de adquirir las técnicas de interpretación y aplicarlas, por nombrar algunas.

Las lenguas exóticas no son mejores que el alemán, el español o el francés

Es cierto que para las lenguas exóticas hay menos intérpretes y, por tanto, menos competencia. Pero también hay muchos menos encargos y están repartidos por medio mundo. Tengo una compañera que se cruza Alemania con el tren a diario porque la citan para interpretar un idioma poco frecuente desde juzgados de toda la geografía. Otra compañera, por el contrario, habla ruso y trabaja prácticamente todos los días en el mismo tribunal porque se van encadenando procesos en los que necesitan sus servicios.

Es increíble la cantidad de áreas en las que puede trabajar un intérprete – y un traductor

No todos los intérpretes trabajamos en la Unión Europea. Ni en los tribunales. Hay varios factores que determinan dónde trabaja el intérprete como son la combinación de idiomas, el lugar de residencia y la especialización en un tema, por ejemplo.

En la UE se suele necesitar inglés y francés, además de algún otro idioma oficial. Los tribunales suelen necesitar español muy de vez en cuando, pero sí que se demanda en visitas a fábricas, negociaciones de contratos y cursos de formación. Es decir, en el entorno empresarial. Hay algunas “ciudades congresos” en Alemania en las que suele haber más conferencias que en otras y, por supuesto, mucho más que en el campo.

Los traductores, por su parte, trabajan desde cualquier sitio.

La competencia de la inteligencia artificial

Cada vez apremia más la cuestión de si vale la pena estudiar traducción o interpretación en la era de la traducción automática. ¿Queda trabajo para nosotros, los mediadores lingüísticos? ¿Cómo cambiará nuestro trabajo diario? Encontraréis respuestas a estas preguntas en este vídeo (en alemán).

 

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